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Certificado energético de vivienda: duración, qué es y cómo obtenerlo

El certificado energético de una vivienda es un trámite poco conocido, pese a ser obligatorio para quienes alquilan o venden una casa. No suele ser más que una letra que, a veces, aparece en los portales inmobiliarios. Sin embargo, es un gasto necesario que nos dirá mucho sobre ese inmueble.

 

¿Qué es el certificado energético de una vivienda?

El certificado energético es el resultado de estudiar el eficiencia energética de una casa. Es un documento obligatorio para quienes posean un inmueble y quieran venderlo o alquilarlo. No vale cualquier empresa para las certificaciones, pues tendrán que ser avalados por los medios oficiales.

A priori parece un mero trámite. Se concierta una cita, se hace el estudio y se obtiene el certificado, puede ser muy eficiente o muy ineficiente, y todos los rangos intermedios. Efectivamente no es complicado de conseguir. Lo complicado viene a la hora de cambiar sus resultados. Pues, al final, ese certificado será el que prime para conseguir una tarifa en los suministros, y el que podrá echar atrás (o viceversa) una operación por la eficiencia energética del inmueble.

 


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¿Cuánto cuesta el certificado energético de una casa?

El precio del certificado energético de una vivienda  oscila entre 100 y 300 euros, pero en España puede variar dependiendo de diferentes factores, como el tamaño de la vivienda, la ubicación geográfica y la empresa o profesional que realice la certificación.

Además, el precio también fluctúa en función de la competencia en el mercado y a las políticas comerciales de cada entidad.

Es recomendable solicitar presupuestos a diferentes técnicos certificadores para obtener un precio más preciso. Consulta con técnicos que estén en la zona de la vivienda para obtener información actualizada y precios específicos para tu vivienda. Puedes consultar la lista oficial del Gobierno de España aquí.

 

Duración de un certificado energético

A día de hoy, la duración del certificado energético es de diez años. Esto tiene sentido ya que un certificado energético no es válido para toda la vida, pues se entiende que las casas, con el paso del tiempo sufren diversos deterioros.

Si nuestra idea es adquirir una vivienda como inversión para alquilar o vender después, puede ser conveniente hacer una reforma que mejore la eficiencia energética.

En diez años tendremos tiempo de amortizar esa inversión, y una vez pasado ese plazo, poder nuevamente invertir en mejorar esos posibles problemas.

Por ejemplo, hace 20 años la calefacción era básicamente: chimenea, gasoil o hilo radiante. Hoy en día, tenemos opciones renovables y autosuficientes, que permiten una mejora importante tanto si nos referimos a frío como a calor. Por eso es necesario estar al día tanto de las necesidades legales, como en los medios disponibles para actualizar nuestras viviendas.

 

Cómo interpretar el certificado energético

Pongamos un ejemplo. Acabas de hacer la reforma de un piso (o chalet) porque quieres alquilarlo. Has solicitado el certificado energético, y ves con sorpresa que tu casa ha sido calificada con una G. ¿Cómo es posible que después de haber dejado el piso como nuevo tenga una certificación tan baja? Bueno, igual ahora nos viene a la cabeza esas ventanas tan caras, que no entendíamos porqué tanta diferencia de precio con unas u otras. La orientación de la casa, el aislamiento, los materiales y la climatización, serán las que marquen los valores y los resultados de un certificado energético.

Eso implica, que quien lo alquile o lo compre tendrá en cuenta que habrá de gastarse más dinero a la hora de la climatización, por ejemplo. Y por lo tanto, puede ser un factor con el que ese comprador o arrendador jueguen a la hora de negociar el precio.

Por el contrario, si nuestra vivienda tiene una calificación más alta, con calificación ‘A’ por ejemplo, nos permitirá poner un precio superior, pues la casa será más eficiente.

En cualquier caso, un certificado es más que un simple papel, pues la empresa nos deberá entregar el estudio completo de nuestra vivienda. Donde nos explicarán los fallos o los aciertos que hayan encontrado en la misma. De tal manera que podamos ver con claridad dónde tendremos que incidir de cara a una posible mejora. O como manera de resaltar las bondades de nuestro inmueble de cara a la inversión.

 

En conclusión, tanto siendo comprador como vendedor tienen que conocer bien qué es un certificado energético de vivienda y lo que significa. Y saber que éste tendrá que venir con el sello del organismo oficial.

Es obligatorio para realizar cualquier trámite de compra-venta o alquiler. Y saber qué consecuencias tiene el mismo a la hora de firmar un contrato en una vivienda.